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© Hospital Vall d'Hebron | 18/09/2025 | Actualización criterios McDonald

Se mejora el proceso de diagnóstico de la EM gracias a la actualización de los criterios McDonald

Expertos, entre los que destaca el Dr. Xavier Montalban, director del Cemcat, publican los nuevos criterios en la revista The Lancet Neurology.

18/09/2025 | Santiago de Compostela

El trabajo de actualización de los criterios McDonald ha estado liderado por el Dr. Xavier Montalban, director del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (Cemcat) y jefe de Neuroinmunología Clínica del Hospital de Vall d’Hebron. Ha contado también con la participación de la Dra. Mar Tintoré, el Dr. Jaume Sastre-Garriga, la Dra. Susana Otero, la Dra. Georgina Arrambide y el Dr. Alex Rovira, entre otros organismos. La actualización ha sido publicada en la revista The Lancet Neurology.

“Elaborar los criterios McDonald 2024 ha sido un esfuerzo internacional para lograr un diagnóstico lo antes posible. Esto nos permite iniciar los tratamientos en fases aún más tempranas de la enfermedad, lo cual es esencial para reducir la discapacidad a medio y largo plazo”, explica el Dr. Montalban.

El diagnóstico de la EM

El diagnóstico de la Esclerosis Múltiple es un proceso que requiere tiempo, pruebas diferentes y un seguimiento, ya que los síntomas varían en cada persona, complicando así el proceso del diagnóstico. Este proceso se basa en un conjunto de exploraciones y criterios clínicos que permiten identificar los signos de la EM y descartar otras enfermedades. Tres de los elementos más comunes que se suelen considerar en este proceso de diagnóstico son la historia clínica de la persona, una exploración neurológica y otras pruebas como resonancia magnética o analíticas de sangre.

Los criterios McDonald

Los equipos médicos utilizan los criterios McDonald para confirmar la EM cuando hay “evidencia de lesiones en más de una zona del sistema nervioso central y cuando hay pruebas de que esas lesiones ocurrieron en momentos distintos en el tiempo”. Se realizaron en el año 2001 con la intención de llegar a un diagnóstico temprano de la EM y, periódicamente, se revisan para actualizarlos y mejorar así el proceso.

Hasta ahora, estos criterios se basaban en el tiempo y el espacio. El tiempo porque establecen que es necesario probar que los daños en el sistema nervioso se han producido en momentos diferentes. Y el espacio porque los criterios recogen que estos daños deben poder encontrarse en dos o más partes distintas del sistema nervioso central.

En los McDonald 2017 se afirma también:

  • En el proceso de diagnosticar EM es importante asegurarse de que no hay otra explicación posible para los síntomas que tiene la persona.
  • Para un diagnóstico correcto, este debe llevarlo a cabo un especialista en EM apoyándose en pruebas de laboratorio y técnicas de imagen.
  • Cabe destacar que en estos también se comprende que las lesiones que se pueden tener en cuenta para el diagnóstico son esas que provocan síntomas, pero también las que no lo hacen, quedando excluídas las lesiones en el nervio óptico en personas que tienen neuritis óptica.
  • También se afirma que, si se encuentran bandas oligoclonales (proteínas que se asocian a la inflamación) en el líquido cefalorrraquídeo, no es necesario demostrar la diseminación de las lesiones en el tiempo.
  • Y, para terminar, se establecen las áreas del sistema nervioso que se deben tener en cuenta en cuanto al criterio de diseminación en el tiempo. Eran cuatro: la zona periventricular, la cortical o yuxtacortical, la infratentorial y la médula espinal.

Las novedades de la revisión de 2024

  • Se incorpora el nervio óptico como quinta localización para demostrar la diseminación de las lesiones en el espacio. Esto se hará a través de una resonancia magnética, potenciales evocados visuales y/o una OCT.
  • La diseminación en el tiempo deja de ser un criterio obligatorio en los casos en los que hay biomarcadores característicos de la EM en el líquido cefalorraquídeo o ciertos signos en la resonancia magnética.
  • Se permite diagnosticar EM a las personas con Síndrome Radiológicamente Aislado (RIS), que quiere decir personas que no presentan síntomas clínicos pero tienen lesiones típicas detectadas en la resonancia magnética.
  • Ofrecen orientaciones para colectivos especiales como niños, niñas, adolescentes, personas mayores de 50 años y personas con factores de riesgo vascular, en las que es más complicado diagnosticar.
  • Se propone, así, un marco diagnóstico único para todas las formas de la EM, tanto las recurrentes como las progresivas.

Importancia de la última actualización

Incorporar el nervio óptico como una de las zonas para determinar la dispersión de las lesiones por el sistema nervioso es muy relevante, ya que alrededor de la cuarta parte de las personas con EM presentan neuritis óptica como uno de los primeros síntomas.

También el hecho de poder diagnosticar la EM a las personas que tienen RIS facilita que estas puedan comenzar a recibir los tratamientos antes, lo que puede ayudar a frenar el progreso de la enfermedad. Antes, estos casos se consideraban posibles fases previas de la enfermedad, pero las personas no comenzaban los tratamientos.

Estamos avanzando hacia un diagnóstico biológico de la EM, como ya sucede con otras enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Párkinson. Ya no será necesario esperar a que aparezcan nuevos síntomas clínicos ni nuevas lesiones en la renonancia para confirmar la enfermedad. Podremos basarnos en marcadores objetivos que nos permitirán actuar antes y mejorar el pronóstico de los pacientes”, asegura el Dr. Montalban.

Fuente: La revisión de 2024 que actualiza los criterios McDonald permitirá un diagnóstico aún más precoz de la esclerosis múltiple - Hospital Vall d'Hebron

 

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