© FEGADEM | 06/09/2024 | Cuidados
Prevenir el síndrome de la persona cuidadora de personas con enfermedades crónicas
Para quien cuida a personas con enfermedades crónicas o neurodegenerativas, es fundamental que presten atención también a su propio bienestar.
El síndrome de la persona cuidadora es un problema común entre quienes dedican su tiempo a cuidar a personas con enfermedades crónicas o neurodegenerativas como puede ser la Esclerosis Múltiple (EM). Este síndrome puede provocar agotamiento físico, emocional y mental, afectando tanto al bienestar de quien cuida como a la calidad del cuidado que proporciona. Reconocer las señales de alerta y adoptar estrategias de prevención es muy importante para mantener el equilibrio y la salud mental propia y de todas las personas de su alrededor.
¿Qué es el síndrome de la persona cuidadora?
El síndrome de la persona cuidadora surge del estrés prolongado y la sobrecarga que experimentan quienes cuidan de personas con determinadas enfermedades que exigen atención constante. Esta sobrecarga puede derivar en cansancio extremo, ansiedad y aislamiento social, impactando negativamente en la salud de la persona cuidadora. Las señales de advertencia incluyen agotamiento, frustración y pérdida de interés en las actividades cotidianas.
Señales de alerta
Es importante prestar atención a las señales tempranas de este síndrome para prevenir complicaciones futuras. Algunos síntomas clave son:
- Agotamiento físico y emocional: la fatiga persistente es una señal clara de que algo no va bien.
- Estrés continuo: sensación constante de preocupación o sobrecarga que impide relajarse.
- Descuido personal: no prestar atención a la propia salud debido a las demandas del cuidado.
- Aislamiento social: abandonar actividades sociales o amistades que antes disfrutabas.
- Pérdida de interés en actividades: notar que ya no disfrutas pasatiempos o tareas que antes te encantaban.
Estrategias para prevenirlo
Para quienes cuidan a personas con este tipo de enfermedades, la prevención es esencial para evitar este síndrome. Aquí algunos consejos:
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Conocer la enfermedad: en el caso de enfermedades como la EM, tener información sobre los síntomas y el progreso de la enfermedad te permite tomar decisiones más informadas. Esto ayuda a reducir la incertidumbre y a gestionar mejor tus emociones.
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Buscar apoyo: el cuidado de la persona puede ser abrumador si lo haces solo/a. Habla con familiares, amistades o profesionales que puedan ofrecerte un respiro y compartir así tu carga emocional. También puedes considerar unirte a grupos de apoyo para personas cuidadoras, donde puedes compartir experiencias y consejos.
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Expresar tus sentimientos: es normal que quien cuida experimente una montaña rusa de emociones, desde la tristeza hasta la frustración. Expresar estos sentimientos, ya sea con seres queridos o profesionales de la salud, es fundamental para liberar tensiones.
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Establecer límites: el cuidado prolongado, como el que exigen la EM y otras enfermedades, puede ser agotador tanto para la persona que cuida como para la receptora de los cuidados. Establece límites sobre lo que puedes hacer, delega tareas y pide ayuda cuando lo necesites para evitar la sobrecarga.
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Practicar el autocuidado: el autocuidado es vital para todo el mundo, y más si te encuentras en esta situación. Hacer ejercicio, dormir bien y tener momentos de desconexión te ayudarán a mantener un estado físico y mental saludable, algo imprescindible para poder continuar con tu rol de persona cuidadora.
La importancia de reconocer los síntomas a tiempo
Detectar a tiempo los síntomas del síndrome de la persona cuidadora es fundamental. Reconocer el agotamiento físico y emocional en las primeras etapas permite tomar medidas para prevenir un deterioro posterior más grave. Cuidar a una persona con una enfermedad es un acto de amor y dedicación, pero es fundamental que quien cuida no descuide su propio bienestar. Prevenir el síndrome de la persona cuidadora es clave para garantizar que tanto el/la que cuida como la persona que recibe los cuidados tengan una buena calidad de vida. Implementar estrategias de autocuidado, apoyo emocional y establecer límites hará una diferencia positiva en el bienestar general de todos/as.
Fuente de la información: Fundación Degén
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